El presidente egipcio nasser había acelerado la crisis de Suez al nacionalizar el Canal, amenazando así los intercambios comerciales franceses y británicos con sus colonias del Oriente Medio y Lejano. La situación se complicó al producirse un ataque israelí, pactado secretamente con las dos potencias europeas, a través del Sinaí, el 29 de octubre. Al inicio de las hostilidades, las Fuerzas Aéreas egipcias disponían de unos 70 aviones de combate, entre cazas MiG-15 y reactores de bombardeo II-28 de fabricación soviética, además de cazas Vam-pire y Meteor británicos. Contra ellos se desplegaron 180 Meteor, Ouragan, Mustang, Mosquito, C-47 y bombarderos B-17 israelíes, a los que de inmediato se añadieron, so pretexto de intervención para detener el conflicto, tres escuadrones franceses de Mystére, Republic F-84 y transportes Noratlas. Además, los franceses desplegaron 100 aviones (F-84 y RF-84) en la base de Akrotiri, en Chipre, y otros 50 Corsair y Hellcat embarcados en el portaaviones Arromanches.
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